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PLAN DE DESARROLLO MUNICIPAL - H. AYUNTAMIENTO DE SAN MARTIN TEXMELUCAN - 2008 - 2011 - PARTE 1


MENSAJE DEL PRESIDENTE MUNICIPAL

Después de un proceso electoral legal y transparente, en el que la ciudadanía eligió cambiar el rumbo de nuestro municipio, he asumido la honrosa responsabilidad de dirigir, durante los próximos tres años, el porvenir de los texmeluquenses. Lo haré mediante un gobierno diferente, honesto, responsable e innovador; comprometido a cumplir las políticas y objetivos establecidos
en el Plan Municipal de Desarrollo de San Martín Texmelucan para el período 2008-2011.

El Plan es el principal instrumento de gobierno de esta administración, ya que en él se integran las legítimas demandas y aspiraciones de la los habitantes de nuestro municipio, las cuales están plasmadas en la planeación de las acciones gubernamentales y políticas públicas a implementar durante mi gestión.

Para conformar y dirigir un gobierno sólido he reunido un equipo de trabajo comprometido y visionario, conocedor de las necesidades y aspiraciones de la población. Juntos trabajaremos apasionadamente por el progreso y bienestar de todos y cada uno de los texmeluquenses. Los hechos respaldarán nuestras palabras.

Los invito a que hagamos una alianza para progresar. Con tu apoyo, colaboración y voluntad, marcaremos un antes y un después en San Martín Texmelucan.

Trabajemos juntos en la construcción de un municipio desarrollado y con oportunidades para todos, que represente un mejor presente y futuro para nuestras familias. La participación ciudadana, la transparencia y la rendición de cuentas serán los pilares de mi gobierno. Me comprometo a trabajar sin descanso por acrecentar el bienestar de los texmeluquenses, para lograr un municipio moderno y equilibrado, en el que la sociedad se sienta representada e integrada. Sólo con tu apoyo lo lograremos.

Ing. Noé Peñaloza Hernández
Presidente Municipal



Plan Municipal de Desarrollo

Directorio

Ing. Noé Peñaloza Hernández
Presidente Municipal Constitucional de San Martín Texmelucan

Lic. Víctor Manuel Pérez Solís
Síndico Municipal

C. Efrén Ronco Zeferino
Regidor de Gobernación

C. Ricardo Pérez Rico
Regidor de Hacienda

C. Elizabeth Aguilar Cuapio
Regidora de Industria y Comercio

C. Wilfrido Moreno Meneses
Regidor de Obras Públicas

C. Mario Alberto Guagnelli León
Regidor de Desarrollo Urbano y Ecología

C. Patricia Tame Domínguez
Regidora de Desarrollo Social y Fomento Rural

C. Laurentino Roldán Chalte
Regidor de Educación

C. Guadalupe Reyes Rocha
Regidora de Salud

C. José Ramiro Ángeles Díaz
Regidor de Monumentos Históricos

C. María de la Paz Naranjo Ramos
Regidora de Grupos Vulnerables

C. Beatriz Rodríguez Ortiz
Regidora de Turismo


Directorio





H. Ayuntamiento, San Martín Texmelucan 2008 - 2011
Ing. Noé Peñaloza Hernández
Presidente Municipal Constitucional de San Martín Texmelucan

Lic. Teodoro Gustavo Enciso Sánchez
Secretario General

Lic. Gilberto Tijerina Romero
Director de Gobernación

Subinspector Oreste de Jesús Estrada Miranda
Encargado de la Dirección de Seguridad Pública

Ing. Arturo Ubaldo Tagle Willingham
Director de Fomento Económico

Ing. Jorge Eduardo Ramírez Torres
Director de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Ecología

Lic. Antonio Torres Rodríguez
Director de Comunicación Social

Lic. Antonio Pérez Cerón
Director de Desarrollo Social y Rural

Prof. José Antonio Aguilar Gil
Director de Desarrollo Humano

L.Ho. José de Jesús Bañuelos Rodríguez
Encargado de la Dirección de Turismo

Lic. Gerardo Martínez Peral
Director del Sistema DIF Municipal

CP. Liliana Salinas Hernández
Tesorera Municipal

Ing. Raúl Gálvez Suárez
Encargado de la Contraloría Municipal

Mtro. Jesús Contreras Hernández
Director de Archivo General Municipal




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MONOGRAFÍA DE SAN SALVADOR EL VERDE, PUEBLA.


Toponimia: San Salvador, en advocación al Divino Salvador que la iglesia católica conmemora el 6 de agosto, el día de la Trasfiguración del Señor, y “el Verde”, toponímico que hace clara alusión al verdor que predomina en su entorno geográfico; desde finales del siglo XVIII este nombre geográfico sirvió para distinguirlo de San Salvador el Seco, otro poblado importante ubicado en el mismo itinerario del viejo Camino Real México-Veracruz.

En sus primeras décadas coloniales se llamaba San Salvador Tlalnepantla que se traduce como “enmedio de la tierra ó en la mitad de las tierras”; luego lo compartió con el topónimo de “Texmelucan” que significa “el encinar ó lugar de encinas” hasta mediados del siglo XVIII; finalmente entre el último tercio de esa época y principios del XIX se quedó definitivamente con el toponímico de “el Verde”.

Glifo: Por sus diferentes nombres geográficos igualmente ha tenido diversos glifos, los correspondientes a “Tlalnepantla”, “Texmelucan” y para representar ideográficamente a “el Verde” se utiliza el de “Xopallican”; este último traduce o da la interpretación en mexicano antiguo, el verdor y esplendor vegetal del municipio: “donde está el verano ó lugar siempre verde y con frutos.”


Localización: El municipio de San Salvador el Verde se localiza en la parte centro oeste del Estado de Puebla. En las estribaciones de la Sierra Nevada, ladera noreste del Iztaccíhuatl en un segmento elevado del valle poblano-tlaxcalteca conocido desde épocas prehispánicas como el Valle de Texmelucan.

La cabecera municipal se ubica a los 98 grados 31.0 minutos de longitud oeste y los 19 grados 16.2 minutos de latitud norte; a 2400 msnm. Está a 42 kilómetros al norponiente de la capital poblana, distante 10 kilómetros al poniente de la ciudad de San Martín Texmelucan y a 102 al oriente de la ciudad de México.

Extensión: Tiene una superficie de 150.53 kilómetros cuadrados que lo ubica el 87° lugar con respecto a los demás municipios del estado.

Clima: Por su ubicación con respecto a la Sierra Nevada disfruta de tres climas, pero el más común es el clima templado subhúmedo con lluvias en verano, su temperatura media anual es de 14.6° C.




Orografía: El municipio está en la parte oeste ascendente del Valle de Texmelucan, éste en otro más extenso, que es el Valle Poblano-Tlaxcalteca, mismo que en la parte poblana está ubicado en el Eje Neovolcánico, lo que determina el relieve del lugar llena de lomeríos. La cima más alta es la cumbre del Iztaccíhuatl con sus nieves perennes.

Población: Tiene una población de 22,649 habitantes mismos que en su mayoría se dedican fundamentalmente a las actividades agropecuarias produciendo: frijol; maíz; haba; cebolla; col; cilantro y otras verduras. En la floricultura siembran: gladiola, rosa y crisantemo. En cuanto a la producción frutícola cosechan: tejocote, pera, ciruela, durazno, chabacano, manzana, aguacate y capulín. También se desarrolla la industria textil y la del calcetín.

Historia: La ausencia de excavaciones arqueológicas específicas para el territorio municipal evitan tener conocimiento exacto de su pasado prehispánico; sin embargo en los terrenos de cultivo y en algunas áreas de la montaña se han encontrado entierros con ofrendas, sobresaliendo la presencia de esqueletos con cráneos con deformaciones frontales y tabulares, acompañados con utensilios como hachas de piedra, cuchillos de obsidiana y cerámica anaranjada y policromada que nos acercan comparativamente a la sociedad cholulteca del Período Clásico Mesoamericano; es decir, que por lo menos el municipio estuvo poblado desde el año 400 d.C.

En el período de la Conquista, los españoles exploraron la zona desde 1520 cuando pernoctaron en el pueblo de Tezmollocan distante a un kilómetro al norte de la actual cabecera municipal. Posteriormente, instaurada la Colonia, con la apertura de caminos reales para comunicar a las ciudades de Puebla de los Ángeles y Huejotzingo con la de México las partes más planas comenzaron a ser pobladas, de esa manera entre 1550 y 1560 se fundó el poblado de San Salvador Tlanepantla, llamado ulteriormente Texmelucan y finalmente el Verde.

La consolidación de San salvador el Verde en los primeros años de la colonia permitió el surgimiento de localidades como San Martín Texmelucan, San Matías Tlalancaleca y Santa Rita Tlahuapan. Pronto la región se afianzó como la zona cerealera de la Nueva España con grandes producciones de maíz, trigo y cebada.

Durante el siglo XIX se vio involucrado en los grandes acontecimientos de la historia nacional. Por sus montañas llegaron los ejércitos de Morelos y con ellos el Movimiento de Independencia y sus acciones militares que se sucedieron entre 1812 y 1821, movimientos donde destacó el legendario y temible bandolero-guerrillero Vicente Gómez “el capador”. Posteriormente durante la Invasión Norteamericana de 1847 y en la Intervención Francesa durante 1862-1864 los cerros, barrancas y lomeríos de la montaña fueron el escenario de las constantes tácticas de guerras de guerrillas con las cuales se puso resistencia a los ejércitos invasores.

Por su parte la Revolución Mexicana también dio la oportunidad de trascender históricamente con la participación de Adolfo Bonilla, primeramente con el arenismo y luego al lado del carrancismo.

En el siglo XX San Salvador el Verde aunque ya no tiene la misma influencia socioeconómica dentro de la región Puebla-Tlaxcala, se manifiesta como un municipio vital para el suministro de centros de abasto de granos, verduras y frutas de los grandes centros poblacionales como la ciudad de México y Puebla capital, además de las ciudades medias de la región. Sus esfuerzos se han encauzado últimamente al aprovechamiento racional de sus recursos forestales y a la promoción de su patrimonio turístico.

Gastronomía: Es una sociedad identificada con el arte culinario poblano; en la Villa de San Salvador el Verde, es fácil de encontrar y deleitarse con los platillos tradicionales como las exquisitas carnitas de cerdo; los tacos placeros (tortilla de maíz, aguacate de la región, queso fresco, pápalo o pipitza, nopales, rábanos y cilantro), tlacoyos de frijol y las insuperables gorditas. En la explanada del frente de la parroquia se colocan los mercaderes que llevan sendos canastos de deliciosas “coloradas”, que son panecillos o doraditas de maza de harina con sabor especial, cubiertos de azúcar de color rosa; degustarlas con café o champurrado es exquisitez obligada para el visitante.

Si lo anterior resulta irresistible, nadie puede evitar disfrutar de los dulces típicos, como las frutas cristalizadas, que son de temporada y de producción local, que también se venden en conserva. Igualmente se preparan con frutas de la región los finísimos ates, mismos que son comprados como souvenir gastronómico. Las “alegrías” de amaranto son ineludibles.

Sin embargo, la experiencia gastronómica más seductora para el paladar será la de probar y bien nutrirse con la gran variedad de platillos culinarios que se preparan con la trucha arcoiris; misma que se siembra y se consume recién pescada en los restaurantes de los trucheros de montaña de San Andrés Hueyacatitla. Son especialidad las truchas empapeladas, rellenas con hongos silvestres, queso de hebra y condimentadas con epazote y chile de la región.

Por otra parte, en la comunidad de San Simón Atzitzintla, tiene gran importancia ya que se da una extraordinaria producción de “Huauhtli”; comúnmente conocido como “Amaranto”; el cual tiene bondadosas propiedades alimenticias, curativas y nutritivas, por lo que se utiliza como cereal, como en alimentos de gran demanda culinaria como atoles, tamales, malteadas, galletas, tostadas etc.

Popularmente es conocido por las barritas de “la alegría”, que están endulzadas con azúcar y son más nutritivas con miel, y para los deportistas se hacen combinadas con nuez, pasas y cacahuate. Hay que hacer notar que los astronautas durante su estancia en el espacio, tienen en su dieta energética básica al amaranto.
ATRACTIVOS TURÍSTICOS DE SAN SALVADOR EL VERDE

Parroquia del Divino Salvador: ubicada en la cabecera municipal, distante a 10 kilómetros de la ciudad de San Martín Texmelucan y a 42 de la capital poblana.

Fue la sede de la primera parroquia y doctrina del Valle de Texmelucan. Es un templo católico de estilo basilical dedicado al Divino Salvador; sus orígenes son del siglo XVI y su construcción del XVII, por lo que en el interior hay retablos e imágenes barrocos de esos tiempos. Los altares, arcos, cúpulas y cornisas están ricamente doradas en oro.

Una importante colección de ex-votos aumenta su riqueza cultural. En ellos, por medio de la pintura al óleo y a lápiz y mediante la palabra escrita, las personas que fueron socorridas con un milagro, narran con imágenes muy ilustrativas su desgracia, el momento de la invocación y lo extraordinario del prodigio misericordioso. Datan de los siglos XVIII a la fecha. Por ese medio podemos reconstruir las técnicas pictóricas, los paisajes, las vestimentas, las razas, los transportes, los estilos de vida y la expresión lingüística de cada época.

De recia mampostería, el templo es visitado por grandes multitudes el Domingo de Resurrección, por peregrinos que llegan en miles de a pie desde sitios muy lejanos, otros en autobuses y camionetas para venerar la imagen conocida como de la Preciosa Sangre de Cristo, de la que se dice es muy milagrosa; siendo la fe, su principal medio de atracción.

La imagen se encuentra en un nicho de cristal en la nave izquierda, es del género barroco del siglo XVII, presenta algunas características únicas. Por sus milagros y las miles de almas piadosas que lo visitan todo el año comparte una enorme fama con otras imágenes igualmente prodigiosas como el Señor de Tepalcingo o el del Santuario de Chalma.
Además de toda su riqueza arquitectónica, escultural y piadosa tiene un valor informativo insustituible, el archivo histórico parroquial es sumamente importante para reconstruir el pasado de todos los pueblos de la región de Texmelucan.

Capilla de San Miguel Contla: Se localiza a 2 kilómetros al poniente de San Salvador el Verde, entre la montaña. Esta edificación rústica es una réplica en pequeño de la basílica dedicada a San Francisco, en Asís, Italia.

Es una campestre y a la vez sobria construcción, con interior reconfortable y abrigador en contra del frío del monte. Fue construida completamente de piedra, con cantos rodados extraídos de los ríos cercanos; tiene hermosos jardines frutales tupidos de vegetación, a los cuales cruza un pequeño arroyo de aguas frías y cristalina, cuya escenografía tiene una pequeña cascada rodeada de flores.
Es un centro religioso donde se efectúan los encuentros de reflexión mística llamados retiros espirituales; es un sitio ideal para el recogimiento piadoso, ya que por su lejanía de la población y al estar rodeado por el frondoso bosque se vive en plenitud la conciliación.

Además tiene valores turísticos agregados, pues se contemplan desde un ángulo inigualable la hermosa vista de los volcanes, sobre todo del Iztaccíhuatl con sus eternas nieves. Los observadores de las aves cantarinas y peregrinas tiene un marco referencia sin igualdad, mientras viene el descanso mediante el suave y arrullador sonido del agua que corre por los riachuelos. Visitar este lugar es tener una experiencia inolvidable

Ex Hacienda de San Antonio Chautla: Está en la localidad de San Lucas el Grande, al nororiente de la Villa de San Salvador el Verde; a 4 kilómetros de San Martín Texmelucan y a 36 de Puebla, por la carretera 190 rumbo a México.

Es una monumental finca que inició su construcción desde el siglo XVII. En el siglo XIX cuando sus propietarios fueron Tomás y Eulogio Gillow, la hacienda productora de granos y pulque fue una innovadora en la tecnología agrícola y se constituyó en el principal motor económico de la región.

Actualmente tiene 25 hectáreas de bosque con grandes lagunas artificiales y espectaculares construcciones coloniales y porfirianas. Su más preciado atractivo, es el castillo tipo inglés, construido a fines del siglo XIX, entre dos grandes lagunas, cuyo espejo de agua lo refleja con delicado gusto; los jardines espaciosos y bien ornamentados le dan una gran suntuosidad; es célebre su cocina típica poblana, tapizada de talavera. Sus locaciones han sido escenario para películas, telenovelas, reportajes y documentales.

Es un centro recreativo, donde se ejercita la pesca deportiva de la trucha arcoiris y la lobina; hay lanchas para remar; en el bosque encontramos cabañas de descanso; áreas para días de campo y es el sitio ideal para practicar la fotografía y la observación de aves. Entre los servicios está un mini súper donde se venden y rentan equipos de pesca. En el restaurante del castillo se ofrece una amplia carta para disfrutar las especialidades de la trucha en sus variados guisos.

Trucheros de San Andrés Hueyacatitla: Están en el poblado montañesco de San Andrés Hueyacatitla, ubicado al pie del bosque del Ixtaccíhuatl; distantes a uno y tres kilómetros de la Villa de San Salvador El Verde, al poniente, subiendo la montaña.

En el manantial natural “La Turbina”, se ha sembrado la trucha arcoiris que se adquiere a precios populares; mismas que los visitantes la disfrutarán recién pescadas preparadas en variadas recetas, en el restaurante campirano que ahí se encuentra, o bien prepararlas según el gusto familiar en las palapas, mientras los niños se divierten en los prados siempre verdes, junto a los arroyos de aguas cristalinas; igualmente se tiene la oportunidad de iniciarse en la pesca deportiva. La última opción para saborear la trucha es comprarla para llevar a casa ya que por su frescura soportan sin dificultad un día sin refrigerar.

Por otra parte, en el “Parque Ejidal Xoquititla”, está el centro recreativo con truchero, aquí, se tiene un amplísimo espacio de bosque lleno de pinos y con abundante vegetación, que es el hábitat de diversas especies de flora y fauna propias del bosque. Abundan en la cercanía, los fríos y transparentes riachuelos que sirven de marco para divertirse sanamente con juegos de montaña y disfrutar el aire puro de la naturaleza.

Los aficionados a los insectos no ponzoñosos, a las aves y a los árboles encontrarán una extraordinaria oportunidad de conocer más especies en su estado natural. Los ejidatarios del lugar serán sus mejores guías y asesores.

Para comer no habrá nada mejor que deleitarse del sabor de la trucha arcoiris recién atrapada. Hay un restaurante campirano donde el visitante será bien atendido; así mismo, si lo prefieren están las palapas, para cocinar familiarmente. De manera amateur y sólo para los niños está un estanque para la pesca recreativa. En este lugar se puede acampar, solamente hay que ponerse de acuerdo con los ejidatarios. Así mismo, la practica del ciclismo de montaña es una atractiva oportunidad.

Parque Nacional Ixta-Popo: Localizado en la parte más elevada del Ejido de San Andrés Hueyacatitla; tiene cientos de hectáreas de bosque con hermosos paisajes, riachuelos y lagunas de aguas frías y cristalinas. Es lo que buscan los apasionados del montañismo, el campismo y el ascenso en nieve. Para ascender es necesario ponerse de acuerdo con los ejidatarios, para garantizar la seguridad del visitante y que este conozca sitios increíbles que sólo ellos saben.

Ex hacienda de San Pedro Malinaltepec: Es una edificación bien conservada que data desde el siglo XVII; la solidez y espacialidad de su arquitectura demuestra las etapas coloniales y porfirianas. En la Colonia estuvo dedicada a la siembra de trigo y cebada, actualmente aprovecha los recursos forestales y entre sus riquezas está la maquinaria antigua para tratar racionalmente la madera. Es mencionada en innumerables fuentes de historia. Sus muros acompañan los sucesos históricos de la Independencia y la Revolución mexicanas, ya que por ser un importante centro de abastecimiento de alimentos y por su fortaleza un refugio seguro, fue ocupada militarmente y de manera constante por los protagonistas de aquellos sucesos.

Los amplios salones, patios, huertas, corrales, graneros, capilla y habitaciones, son óptimas par el estudio de las formas de vida pasadas; son locaciones para la filmografía y el video profesional

Danzas: En las poblaciones pertenecientes a San Salvador el Verde, con motivo de sus fiestas patronales se efectúan danzas mestizas de gran colorido y profundo mensaje antropológico. Las más habituales son las de los Moros y Cristianos o Santiagueros.

La danza de mayor significado se da en la población de San Lucas el Grande, situada al nororiente de la cabecera, a 10 minutos de San Martín Texmelucan sobre la carretera 190 rumbo a México; el 12 de diciembre se desarrolla la extraordinaria “Danza de los Cegadores y los Rebeldes”, que en Oaxaca de donde fue traída se le conoce como la Danza de los Negritos.

Se trata de una demostración del dominio ideológico que tenían los hacendados de San Antonio Chautla (Ex Hacienda de Chautla), sobre los indígenas de toda la región. Esta danza data de finales del siglo XVIII y con una escenografía y coreografía singulares se narra la relación de potestad de los acaudalados sobre los campesinos a quienes tenían en la esclavitud, así como los frustrados anhelos de libertad de los negros africanos.

Con música y movimientos acompasados se detallan los trabajos forzosos a que eran obligados los peones acasillados y los aparceros (cegadores) de los pueblos aledaños que estaban bajo el señorío de la hacienda. Los hacendados bien ataviados contemplan complacidos a los capataces golpear con el látigo a los agotados sembradores que como autómatas trabajan el campo del amanecer al anochecer; los negros africanos y los mulatos que son los rebeldes por naturaleza se sublevan y atentan contra los amos.

No obstante que triunfan, no saben que hacer con su libertad y al quedar descarriados, nuevamente son sometidos y avergonzados; a los mestizos que les ayudaron en la rebeldía, les embadurnan zapote negro o lodo negrusco para simular que son de la misma raza y se les trata con el mismo castigo; al finalizar negros, mestizos y mulatos, es decir, los cegadores y los rebeldes, terminan sembrando las tierras de los señores hacendados, mientras bailan jubilosos, aceptando sin reproches su destino.

Esta era una manera de someter ideológicamente a los indígenas, quienes así se sometían a la esclavitud. Los personajes son sumamente originales y autóctonos: hacendados, negros, capataces, indios mestizos, cegadores y otros personajes que son mezcla de otras danzas del carnaval como las rotas, las catrinas o las damas de compañía y los actores con los disfraces de burla social hacia los gobernantes, políticos o artistas famosos. Cientos de visitantes acuden a participar de la danza, ya que los pingos, “matachines” o “polines” hacen que el baile sea interactivo, una vez que al público lo corretean con los látigos y pobre de aquél que sea alcanzado.



Fiestas y ferias: La fiesta patronal del Divino Salvador se celebra el 6 de agosto, el día de la Transfiguración del Señor; la festividad religiosa se conmemora con peregrinaciones y en lo pagano con un día de celebraciones folklóricas. En el mes de noviembre honran a sus muertos y celebran a Todos los Santos con la asistencia al cementerio, con arreglo floral de las tumbas y la elaboración en los hogares, de altares con ofrendas.

Sin embargo las festividades de mayor impacto social, son las dedicadas a la imagen milagrosa de Preciosa Sangre de Cristo que festejan principalmente el Domingo de Pascua, esta celebración de la Semana Santa incluye la feria del pueblo con juegos mecánicos, bailes populares y venta de alimentos y dulces típicos; igualmente en honor de esa imagen se hacen “mandas” en el primer miércoles del mes de julio.

Servicios Turísticos: Clave de larga distancia (248)

Teléfonos de emergencia
Presidencia Municipal
Tel. 01 248 48 206 50
Policía Municipal y Servicio de Auxilio
Tel. 01 248 48 201 21
Centro de Salud
01 248 48
Consejo Municipal de Turismo
01 248 48 918 94

Restaurantes
Restaurante campestre “El Refugio”
Camino al Verde, en Acamique

Ex Hacienda de Chautla
Interior de Castillo

Truchero “La Turbina”
San Andrés Hueyacatitla

Truchero “Xoquititla”
Parque Ejidal de Hueyacatitla

Fondas Populares del Mercado
Parque Cuauhtemoc, en la Villa de San Salvador el Verde

Hoteles
Cabañas de la Ex Hacienda de Chautla



Distancias:
Distrito Federal __________ 120 Km.
Puebla ___________________ 42 Km.
Tlaxcala__________________ 32 Km.
San Martín Texmelucan___ 10 Km.
Aeropuerto Huejotzingo ----- 20 Km.




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SÍNTESIS HISTÓRICA: JAGÜEY “HUEYAPANGO” O “LA TANDA” SANTA CATARINA HUEYATZACOALCO, TEX. PUE.

Santa Catarina Hueyatzacoalco es una población que tiene sus orígenes mestizos desde mediados del siglo XVII. Sin embargo en la parte sur del territorio en las vertientes del cercanas al río Acotzala se pueden encontrar vestigios de la presencia humana prehispánica con restos de cerámica y figurillas antropomorfas de clara influencia teotihuacana; en el lado norte se encuentran restos de los utensilios de las fases cholultecas; y en lo que hoy es el edificio de la Presidencia Auxiliar hasta la década de los setentas se encontraba un pequeño basamento piramidal, al que todos llamaban “el cerrito”.

En la época colonial, el poblado surgió como barrio de indígenas anexo a la extinguida Hacienda de Santa Catalina, perteneciente a la Parroquia de San Salvador el Verde. Posteriormente en 1683, ya consolidado como pueblo mestizo, fue adherido a la Parroquia Partido de San Martín; desde entonces forma parte de la municipalidad de Texmelucan.

La localidad ha tenido algunas características que el han acompañado toda su historia: hasta el siglo XX habían sido campesinos, productores de hortalizas y granos como el maíz, el trigo y la cebada, situación contrastante con su estrecho territorio, mismo que se expandió medianamente a través de la compra de terrenos, que por siglos y luego con el agrarismo vinieron haciendo los pobladores con los propietarios de las haciendas y ranchos limítrofes, condición histórica acrecentada con la ausencia de manantiales que les proveyeran espléndidamente de agua para el regadío de los campos.

El pueblo nunca fue poseedor natural de fuentes suministradoras de agua. Dependió siempre de las autoridades coloniales; del gobierno independiente y de los gobiernos posrevolucionarios para obtener el uso, cesión y dotación de aguas. Por ello su territorio estaba lleno de canales, “amomolocles”, bordos de agua, depósitos y jagüeyes, que se nutrían del agua que llegaba de poblaciones más arriba. Todo su proceso histórico está marcado por los conflictos del aprovechamiento del agua.



Desde del gobierno virreinal están ligados al aprovechamiento del agua del Río Acotzala. En 1922 obtuvieron la dotación provisional de las aguas nacionales del mismo río, y el aprovechamiento del Ojo de Agua de San Gregorio Aztotoacan de la municipalidad de San salvador el Verde.

En la década de los treintas del siglo XX negociaron con los vecinos de San Rafael Tlanalapan el intercambio del Ojo de Agua de San Gregorio por los derechos y aprovechamientos del Ojito de Agua “San José” ubicado en terrenos de la extinguida hacienda y rancho de “Vista Hermosa” obteniéndolo y construyendo un canal de agua con el mismo nombre del jagüey.

En esa misma época el pueblo se organizó para obtener de manera definitiva la dotación de aguas del Río Acotzala, específicamente de la presa conocida como “Presa de Tierra”, “Presa Número 9” ó “Presa Santa Catarina”.


Esta dotación de aguas era compartida por pequeños propietarios y fraccionistas del fundo legal del Pueblo, colonia Buenos Aires, La Mojonera, Rancho Elizalde, Zona de Protección de la Ex Hacienda de San Miguel Lardizábal, de Tepatlaxco (Hoy Colonia La Joya o Rancho de los Ramírez), Tamazulapan (Hoy colonias Los Volcanes y Tamazolapan), Barrio de los Dicios y Tepetzingo (de la ciudad de San Martín), y Rancho de Atoyatenco. La repartición del agua se hacía por “tandeo” nombrando en común acuerdo un repartidor de aguas; había un representante por cada núcleo de beneficio.

El 1932 la Secretaría de Agricultura y Fomento emitió un acuerdo mediante el cual regulaba de manera provisional el aprovechamiento de las aguas para todos los pequeños propietarios y fraccionistas; aquí no entraban los ejidatarios. La Agencia General de Puebla, sección Técnica de Aguas, les requirió a los beneficiarios la construcción de un depósito y un canal de aguas. En Junta Pública los vecinos acordaron y beneficiarios acordaron construir el canal y el depósito.

El Jagüey “Hueyapango” que era por usos y costumbres propiedad del pueblo, sería la base para hacer el depósito de agua, mediante su ampliación; para ello le compraron el terreno al señor Emiliano Álvarez ( vecino del pueblo) en la cantidad de ciento cincuenta pesos. El Presidente Auxiliar Francisco C. Blanquel y la Comisión de Aguas integrada por Joaquín Arana, Marciano Sánchez, Alejandro Arana, Arcadio Fuentes, Ramón Pérez, Martín Minero, Mariano Suárez, salvador Blanquel, Basilio Pérez, Leonardo Arias e Hilario Pineda, hicieron las gestiones y cobros de la cuota por metro lineal a todos los usufructuarios; el pago incluía la ampliación del jagüey, del terreno, de la construcción del canal y de las afectaciones a los predios por donde pasaría el canal.

Para 1936 el Departamento de Aguas de la Secretaría de agricultura delegación Puebla, emitió el Reglamento de Aguas de la “Presa de Tierra” o “Presa número 9” para el Pueblo de Hueyatzacoalco, exigiéndoles la ampliación del jagüey para hacer más grande del depósito; nuevamente se requirió la compra de un terreno al señor Juan Mellado, vecino de Tepatlaxco; para esta época se habían sumado al beneficio los fraccionistas del predio conocido como “El Calvario”; se integró la Comisión negociadora con los señores Manuel Blanquel y Valentín Pérez.

De 1937 a 1941 el depósito de agua o jagüey se amplió más de acuerdo a las necesidades de dotación de aguas. En 1939 se había obtenido la dotación definitiva de aguas nacionales y fue necesario hacer la infraestructura para la repartición, como un canal entibado que atraviesa el antiguo camino nacional a San Salvador el Verde. Las dificultades de la ampliación del depósito y la apertura del canal incluían interrumpir y desviar el tráfico de camiones a las localidades del vecino municipio; el Gobernador del estado tuvo que dar su aprobación oficial. Hasta 1940 seguían las obras hidráulicas.

Diferentes comisiones se han hecho cargo del jagüey /depósito para repartir por tandas el agua. Hoy los usos y costumbres del tandeo de agua han casi desaparecido con la urbanización y la desaparición de terrenos agrícolas para sembrar y regar, igualmente con la apertura de pozos profundos.

En la actualidad el jagüey o depósito de agua de Santa Catarina Hueyatzacoalco, es de propiedad federal; forma parte de la infraestructura hidráulica de la Cuenca Alta del Atoyac, administrada por la Comisión Nacional del Agua. Las autoridades auxiliares han hecho su rescate para fines ecológicos, de recreación productiva y conservación de áreas naturales.

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LOS CHILES EN NOGADA


Cada año, en los meses de julio, agosto y septiembre, en la ciudad de Puebla y en San Martín Texmelucan, se prepara uno de los platillos más exquisitos y elaborados de la comida mexicana: los “chiles en nogada”, que por cierto tienen mediante una leyenda, la explicación del hecho que les dio origen.

La leyenda dice que fue un 3 de agosto de 1821, cuando, habiendo llegado a la ciudad de Puebla de los Ángeles, Don Agustín de Iturbide, quien venía de la ciudad de Córdoba, donde acababa de firmar los históricos tratados de Córdoba, en compañía de su Ejercito Trigarante.

Para recibirlo, las monjas de Convento de Santa Mónica, le prepararon un exquisito guiso, netamente poblano, especial y diferente a petición de una familia acaudalada de la Angelópolis. Pues pretendían festejarle anticipadamente el día de su santo, que era el 28 de agosto.

Como regalo, los “Chiles en Nogada” representarían lo producido en el campo poblano, en sus diferentes regiones; por eso procuraron incluí materias pimas de las regiones más representativas, simbolizando con esto el apoyo y la entrega de todo el suelo del estado, a Don Agustín de Iturbide; por ello, se preparó un gran banquete para 150 personas, dando gran sorpresa y alegría al libertador.

La receta original de la forma en como se preparó este delicioso platillo culinario, tuvo como base fundamental de materia prima los chiles verdes grandes, llamados “poblanos“, que durante el verano se producían abundantemente en la región de San Martín Texmelucan ( que hasta nuestros días, son, a decir de los expertos, los mejores para el plato).


Después de ser asados para quitarles la piel fibrosa que casi se desprende sola, se abren y desvenan para disminuir su sabor picante. Después se rellenan con un guiso que es algo muy especial preparado con una mezcla deliciosa de durazno crudo picado producido en la región de Huejotzingo y Cholula, así como las peras de misma región, plátanos y las famosas manzanas criollas de Zacatlán; se agrega un poco de biznaga hervida de azúcar, producto del valle desértico de Tehuacán; se le agrega también almendras son provenientes de la región de Teziutlán que previamente deben estar sin cáscara para que su sabor aumente y no amargue el guiso.

Toda esta fruta debe de ser mezclada con carne de filete de res molida producida en los potreros de la sierra norte, en la región de Huauchinango, Chignahuapan y Teziutlán. Como entonces no se usaba los molinos, no se podía incluir carne molida; entonces hervían la carne y la deshebraban o cortaban en trozos pequeños. También se agregan en la mezcla algunas pasas provenientes de uvas dulces secadas al sol que hasta la fecha se produce en las regiones asoleadas de Tepeaca, Tecamachalco y Tlacotepec. Toda la anterior, forma una mezcla deliciosa dulzona y a la vez salada.

Una vez sazonado el relleno, los chiles se empolvan con harina de trigo producida en el valle de Oriental, Libres y Texmelucan - tierras frías- y luego se cubre cada chile “capeándolo” con una pasta de huevo entero batido y se somete al aceite bien caliente.

Si lo anterior es muy laborioso y artístico, el terminado es obra de genios. Una vez frito el chile, se cubre con la “nogada”, una salsa de nuez molida (antes en metate, ahora en licuadora) elaborada con nuez de castilla previamente sin cáscara, la cual se cosecha abundantemente en la región de Calpan logrando una consistencia espesa granulada, pastosa; agregándole un poco de azúcar y una ligera cantidad de vino de frutas de membrillo o de acachul producido en la región de Zacatlán, hasta la fecha famosa por sus vinos de frutas.

Una vez cubierto y bañado completamente el chile relleno con esta nogada, para terminar el adorno, se pone en un extremo del chile unas hojas de perejil que abundantemente se producen en Atlixco, siendo el otro extremo del chile cubierto con los rojos granos de la granada que en esta misma temporada se cosecha en el valle de Tehuacán; con ello, se da una representación de los tres colores verdes, blanco y rojo, que eran los colores de la bandera que portaba el ejercito Trigarante de Iturbide.

Desde hace seis años, con la promoción primeramente de Juan Manuel Ramos (q.e,p,d,) quien era Director de la Casa de Cultura, y posteriormente de Jesús Contreras Hernández, Cronista Municipal -en su momento Director de Turismo- se ha venido impulsando la elaboración de los chiles en nogada, logrando reunir anualmente, en el mes de agosto, a los expertos locales, en un certamen gastronómico, al que acuden decenas de comensales.

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GASTRONOMÍA LOCAL “Barriga llena, corazón contento” ( Refrán popular)

En el municipio, por sus raíces mestizas -coloniales y no prehispánicas- y por el constante movimiento de la población inmigrante que trae sus propias costumbres culinarias, además de la aculturación que han traído las franquicias de la comida rápida, no se ha logrado crear de un platillo culinario, que se considere típico u original de la región. Sin embargo, cabe destacar, que la comida Texmeluquense se compone de un mezcla de platillos cuyos orígenes son Puebla, Tlaxcala, Morelos, Veracruz, Oaxaca, Tabasco y Jalisco (denotando la proveniencia de los inmigrantes).

Empero, puede decirse que los alimentos con más larga tradición en su degustación son: la barbacoa de borrego (especialmente la de hoyo); el mole poblano; las “carnitas” de cerdo; el menudo; los diferentes guisos con chile de la región, destacando los chiles rellenos y los chiles en nogada; chilatole y esquites con maíz de la zona y la amplia gama de platillos que proporcionan las verduras que se cosechan en Texmelucan –siendo tradicionales los frijoles, habas, quelites, queltiniles y las verdolagas-; además que en los pueblos gustan comer carne de conejo y ardilla capturados en su hábitat salvaje.

En cuestión de bebidas, la gente opta por hacer agua de frutas, utilizando las de temporada sean, locales ó exóticas; en tiempos de calor algunas familias tradicionalistas, preparan tepache, para servirlo frío; mientras que en invierno, la mayoría apetece el insustituible ponche, preparado con frutas locales como la manzana y el tejocote.

Los dulces son los tradicionales muéganos, las manzanas cristalizadas; los dulces en almíbar envasados, elaborados con frutas de temporada locales de tejocote, durazno, capulín, pera y manzana. Anteriormente el pulque era una bebida común de la clase media, ahora se toma en fiestas y sólo para quienes gustan de él, lo traen de los municipios colindantes del Estado de Tlaxcala. El tequila era un bebida bien aceptada, pero ahora es muy popular, sobre todo después de la propaganda publicitaria de los últimos años.

De todos los platillos, el de los Chiles en Nogada, es el más representativo; quizás no tanto por su origen externo al municipio, pero sí por que la materia prima básica para elaborarlos, son los chiles poblanos, que se siembran en los pueblos de Texmelucan y de los municipios vecinos. Y por que es el único alimento que genera la atracción y realización de eventos culinarios el la ciudad.


LOS CHILES EN NOGADA: Cada año, en los meses de julio, agosto y septiembre, en la ciudad de Puebla y en San Martín Texmelucan, se prepara uno de los platillos más exquisitos y elaborados de la comida mexicana: los “chiles en nogada”, que por cierto tienen mediante una leyenda, la explicación del hecho que les dio origen.

La leyenda dice que fue un 3 de agosto de 1821, cuando, habiendo llegado a la ciudad de Puebla de los Ángeles, Don Agustín de Iturbide, quien venía de la ciudad de Córdoba, donde acababa de firmar los históricos tratados de Córdoba, en compañía de su Ejercito Trigarante.

Para recibirlo, las monjas de Convento de Santa Mónica, le prepararon un exquisito guiso, netamente poblano, especial y diferente a petición de una familia acaudalada de la Angelópolis. Pues pretendían festejarle anticipadamente el día de su santo, que era el 28 de agosto.

Como regalo, los “Chiles en Nogada” representarían lo producido en el campo poblano, en sus diferentes regiones; por eso procuraron incluí materias pimas de las regiones más representativas, simbolizando con esto el apoyo y la entrega de todo el suelo del estado, a Don Agustín de Iturbide; por ello, se preparó un gran banquete para 150 personas, dando gran sorpresa y alegría al libertador.

La receta original de la forma en como se preparó este delicioso platillo culinario, tuvo como base fundamental de materia prima los chiles verdes grandes, llamados “poblanos“, que durante el verano se producían abundantemente en la región de San Martín Texmelucan ( que hasta nuestros días, son, a decir de los expertos, los mejores para el plato).

Después de ser asados para quitarles la piel fibrosa que casi se desprende sola, se abren y desvenan para disminuir su sabor picante. Después se rellenan con un guiso que es algo muy especial preparado con una mezcla deliciosa de durazno crudo picado producido en la región de Huejotzingo y Cholula, así como las peras de misma región, plátanos y las famosas manzanas criollas de Zacatlán; se agrega un poco de biznaga hervida de azúcar, producto del valle desértico de Tehuacán; se le agrega también almendras son provenientes de la región de Teziutlán que previamente deben estar sin cáscara para que su sabor aumente y no amargue el guiso.

Toda esta fruta debe de ser mezclada con carne de filete de res molida producida en los potreros de la sierra norte, en la región de Huauchinango, Chignahuapan y Teziutlán. Como entonces no se usaba los molinos, no se podía incluir carne molida; entonces hervían la carne y la deshebraban o cortaban en trozos pequeños. También se agregan en la mezcla algunas pasas provenientes de uvas dulces secadas al sol que hasta la fecha se produce en las regiones asoleadas de Tepeaca, Tecamachalco y Tlacotepec. Toda la anterior, forma una mezcla deliciosa dulzona y a la vez salada.

Una vez sazonado el relleno, los chiles se empolvan con harina de trigo producida en el valle de Oriental, Libres y Texmelucan - tierras frías- y luego se cubre cada chile “capeándolo” con una pasta de huevo entero batido y se somete al aceite bien caliente.

Si lo anterior es muy laborioso y artístico, el terminado es obra de genios. Una vez frito el chile, se cubre con la “nogada”, una salsa de nuez molida (antes en metate, ahora en licuadora) elaborada con nuez de castilla previamente sin cáscara, la cual se cosecha abundantemente en la región de Calpan logrando una consistencia espesa granulada, pastosa; agregándole un poco de azúcar y una ligera cantidad de vino de frutas de membrillo o de acachul producido en la región de Zacatlán, hasta la fecha famosa por sus vinos de frutas.

Una vez cubierto y bañado completamente el chile relleno con esta nogada, para terminar el adorno, se pone en un extremo del chile unas hojas de perejil que abundantemente se producen en Atlixco, siendo el otro extremo del chile cubierto con los rojos granos de la granada que en esta misma temporada se cosecha en el valle de Tehuacán; con ello, se da una representación de los tres colores verdes, blanco y rojo, que eran los colores de la bandera que portaba el ejercito Trigarante de Iturbide.

Desde hace seis años, con la promoción primeramente de Juan Manuel Ramos (q.e,p,d,) quien era Director de la Casa de Cultura, y posteriormente de Jesús Contreras Hernández, Cronista Municipal -en su momento Director de Turismo- se ha venido impulsando la elaboración de los chiles en nogada, logrando reunir anualmente, en el mes de agosto, a los expertos locales, en un certamen gastronómico, al que acuden decenas de comensales.

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